EL MATRIMONIO
Una carta de dios para dos personas que quieran casarse
El amor es la virtud suprema de la vida. Es la fuerza que sostiene cualquier relación: entre Dios y los hombres, entre padres e hijos, entre amigos, entre novios, entre esposos.
Y, en el matrimonio, el amor es sometido a un proceso de profundización y maduración, donde la chispa inicial irá transformándose en llama durante la convivencia.
La tarea fundamental de la vida conyugal consiste en mantener alta y viva la llama del amor.
Por eso no puedo más que sugerirles.
¡Ámense!
Con un amor que los llene de alegría y felicidad, tanto como de ánimo y sostén.
Con un amor que los inunde de confianza.
Con un amor que los haga fijar la mirada en Dios, porque Él es amor.
Con un amor que los ayude a soportar tiempos de prueba y dificultad.
Con un amor paciente, tolerante y comprensivo.
Con un amor que sepa secar lágrimas y los proteja en un abrazo...
Con un amor que no falle o se desvanezca ante la adversidad.
Con un amor que esté comprometido a crecer y llevar fruto.
Con un amor que sea lento para la queja y pronto para el elogio.
Con un amor que construya puentes de reconciliación.
Con un amor que sepa acercarse con respeto, que sepa escuchar y también aceptar silencios.
Con un amor siempre dispuesto a animarlos cuando aflojen y a impulsarlos en sus sueños.
Con un amor creativo que encuentre siempre la manera de decir cada día:
"Cuán especial sos"
Con un amor que los inunde de confianza.
Con un amor que los haga fijar la mirada en Dios, porque Él es amor.
Con un amor que los ayude a soportar tiempos de prueba y dificultad.
Con un amor paciente, tolerante y comprensivo.
Con un amor que sepa secar lágrimas y los proteja en un abrazo...
Con un amor que no falle o se desvanezca ante la adversidad.
Con un amor que esté comprometido a crecer y llevar fruto.
Con un amor que sea lento para la queja y pronto para el elogio.
Con un amor que construya puentes de reconciliación.
Con un amor que sepa acercarse con respeto, que sepa escuchar y también aceptar silencios.
Con un amor siempre dispuesto a animarlos cuando aflojen y a impulsarlos en sus sueños.
Con un amor creativo que encuentre siempre la manera de decir cada día:
"Cuán especial sos"
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